Para terminar la primera temporada de “Dazibao, mural rebelde”
yo tenía la ilusión de tener una charla con pedro sosa, como él mismo se suele presentar: médico, cantautor y cooperante, y no necesariamente en ese orden.
Si algunos no le conocéis os animo a seguirle en redes para disfrutar de sus canciones y también de sus vivencias y reflexiones.
Antes de comenzar nuestra charla bromeo con él diciéndole que personifica a la perfección el espíritu de esta sección de nuestro podcast porque en “Carab”
buscamos el otro lado de las cosas.
Espero que después de nuestra conversación se llegue a entender más allá de la supuesta anécdota de hablar con un médico especialista en paliativos cuando el tema de este mes dentro de nuestro podcast era: “vida”.
JOSE:
Cuando me encargaron la realización de este podcast dentro del colectivo Dazibao, la premisa inicial era traer cada mes una canción para compartir que por supuesto tuviese un contenido digno de reseñar o para desmenuzar o saborear la esencia de lo que el autor quería contarnos. Esto significaba por supuesto huir de canciones facilonas, o los superéxitos con los que nos bombardean diariamente. Por eso decidí llamar a este micro-espacio: “CARA B” y aproveché el primer capitulo para explicar su filosofía y de ese modo, cuando se habla de otros temas, también huir de la explicación simple de las cosas, más bien buscar una segunda lectura que vea más allá de la capa superficial.
PEDRO:
El otro día hablábamos de esto mismo, ¿no? y tú me lo comentabas y lo pensaba. Tuve un caso con una paciente… hablo de la rutina, perdemos la esencia que tienen las cosas, o sea en lo que hacemos todos los días pero a veces hay como una especie de desidia interior, que aún cuando aparece algo extraordinario ¿sabes?, no somos capaces de ver lo que hay detrás, o sea, llega un momento en que es tal la saturación de cosas intranscendentes que aunque te pongan algo gordo delante, algo que verdaderamente debería de conmoverte hasta los cimientos, muchas veces no eres capaz de ver esa “cara B”. Pasa con lo cotidiano pero pasa también con lo extraordinario por esa tendencia que tenemos a “pasar de canción”, y resulta que el “temazo” está ahí en medio y esa costumbre de pasar de canción…
JOSÉ:
Cuando hablo de estas cosas a veces me siento un señor mayor, el típico que está criticando el uso de tecnología, o el hecho de que los chavales hagan “scrolling” todo el rato y en el fondo me da una especie de reparo a que parezca eso, pero yo pienso que hay un vicio que no es achacable a los adolescentes precisamente o al menos exclusivamente a ellos. Hay una tendencia en vivir así, en “scrollear”, en pasar rápido como tú dices tanto las canciones como los momentos, o sea que sí, totalmente de acuerdo contigo.
PEDRO:
Y es difícil además, porque como no hay tiempo para la progresión, no hay tiempo para el desarrollo de algo, la idea tiene que ser rápida, precisa, concisa.
JOSÉ:
Y por lo tanto superficial, que es lo triste ¿no?, siempre te quedas en la superficie, seguro.
PEDRO:
Muchas veces yo te puedo decir: “esta persona el otro día me conmovió por esto, por esto y por esto”, pero es más importante el proceso que las consecuencias que de verdad tuvo conmigo, no sé cómo decirte, se pierde la capacidad, se pierde el itinerario que lleva hasta que algo llega a conmoverte de verdad y eres capaz de ver esa “cara B”, porque es cierto que en un podcast como el que tú estás haciendo que tiene que ser rápido, te da tiempo justo para exponer algo y llevar a la gente a una conclusión, o sea pero, ¿dónde queda el proceso por el que tú has llegado a ella? Hay cosas que no se pueden acelerar aunque queramos y lo verdaderamente trepidante y lo verdaderamente apasionante de la vida yo creo que muchas veces es el camino que te lleva a un lugar, no el lugar al que has llegado.
Y con la gente que se muere, José, esto es así. Muchas veces a la gente le llama la atención que a lo mejor yo entro en una habitación y lo primero que haga sea abrazar al paciente y que nos demos un beso, tíos y tías, o sea, yo a mis pacientes, a muchos de ellos, porque en esto el lenguaje no verbal habla, les abrazo, y cuando tengo residentes, me dicen: “¿No te parece un poco paternalista esa actitud?”, y claro, ¿cómo le explicas tú las decenas de momentos que has tenido con esa persona para llegar a que lo primero que ocurra cuando entras en una habitación, sea un abrazo y un beso?, ¿sabes?, o sea, ¿Cómo le explicas el lazo que en un momento dado ha surgido entre esa persona y tú, para que la consecuencia obvia de entrar en su habitación sea, lo primero darle un abrazo y un beso? Y cuando tú ves los protocolos de medicina… “si pasa esto, dices esto; si pasa esto otro, dices aquello; no se interesan por el proceso, es la consecuencia rápida de un hecho ¿no?. Y en verdad, cuando tú te dedicas a lo que yo me dedico no puedes perder el proceso porque el proceso por el que una persona hace un itinerario habla no sólo de lo que está pensando, de lo que está sintiendo en este momento, si no de lo que la persona es detrás del problema, detrás de la enfermedad y detrás de lo que está viviendo. Y a mí me resulta super difícil transmitirle a mis residentes que es en el proceso donde uno detecta los puntos sólidos de una persona, que es en el proceso donde la misma persona te está dando las herramientas para poder acompañarlas, sabes lo que te digo, y la “cara B” está ahí, pero la “cara B” a veces la damos masticada, y no hablamos de la preparación de esa receta, la entregamos así o nos la entregamos a nosotros mismos así, y no nos fijamos en el itinerario ¿no?, que te ha llevado a tí a desmembrar de esa forma la “canción” que estás desmembrando.
JOSÉ:
Pues en este podcast de Dazibao, creo que te dije, cada mes existe una palabra clave que elige uno de nosotros. Este mes me tocaba elegir a mi y como te quería entrevistar escogí la palabra “vida”. Y alguien pensará: “el tema principal es –vida- y ¿entrevista a un médico de cuidados paliativos? Para explicar esto me gustaría que me recordaras cuando estuviste en aquel programa de televisión en “prime-time” y el entrevistador te preguntó sobre si dedicarte a lo que te dedicas debía ser algo muy triste, o algo así. No recuerdo bien su pregunta pero si que recuerdo que tu respuesta me impresionó, me encantó. Precisamente le dijiste que era todo lo contrario a lo que parecía a simple vista, aquello me pareció muy “caraB”, por eso lo quería rememorar…
PEDRO:
Muy “cara B”, sí…Yo recuerdo que ante la pregunta de este presentador, de ¿cómo podía dedicarme a algo tan triste? Tú le respondes que no hay gente más viva que la que sabe que se muere, esa es la frase, y es cierto José, es cierto porque yo creo que lo que le da dimensión a la vida, a toda la vida es la fragilidad, o sea, cuando más consciente es una persona de su propia fragilidad más vivo está, más vivo está porque es más consecuente con el valor del tiempo. Que tú y yo estemos hablando hoy aquí, sinceramente José, yo ya hay cosas con las que no pierdo el tiempo, pero no por ser elitista, no por seleccionar a la gente con la que me comparto, sino porque cada vez soy más consciente de que el tiempo es lo que tú haces con tu tiempo, determina la verdad de tu vida, la verdad de tu existencia, saber que hoy estamos aquí hablando tú y yo, pero mañana cualquiera de los 2 podemos no estar, es suficiente razón para que nos demos cuenta, que este instante es auténtico, este instante puedes llevarlo a tomar conciencia de que hoy decidimos tú y yo estar a través de una pantalla hablando, y es lo que le da valor en verdad a la existencia. Yo creo que la gente que sabe que tiene poco tiempo, es la gente que de verdad se gasta donde verdaderamente siente que tiene que gastarse.
Y yo creo que es la mayor definición de vida, vive el que se gasta donde se siente llamado a gastarse.
JOSÉ:
Y luego otra cosa que me molesta y que creo que va en esta línea también … La gente cree cuando argumentas sobre esas circunstancias limite de la vida que apuras, saboreas, porque crees que se acaba. La gente se queda en una capa exterior, superficial, cuando creo que es algo más profundo… Y en este sentido voy a permitirme hacerte una pregunta aunque se que puede parecer un poco pueril o incluso fuera de lugar, pero espero que se entienda porque te la hago: ¿Alguna vez en esos momentos tan delicados algún paciente a mostrado su preocupación por el 4x4 que se compró o por cualquier otro bien material? Creo que en circunstancias así nos agarramos a lo importante y fundamental pero no por una sensación de decir: “se acaba y no he apurado lo bueno que podía haber vivido” sino que creo que va mucho más allá… Es como dices tú que a veces te leo, como si se te abriesen de repente los ojos a una realidad y decir: “¡Esto es lo importante!” Ese gesto, ese abrazo, esa mano, ese hijo que le miras a los ojos… Y vamos dando bandazos atendiendo a miles de cosas que nos parecen súper importantes, “scrolleando” como decíamos de una a la otra para darnos cuenta, tal vez tarde, de las cosas importantes de verdad.
PEDRO:
Mira, yo después de muchos años, este año cumplo 30 años dedicado a los cuidados paliativos, de hecho creo que es el único sentido profundo de estar enfermo. Creo que hay cosas que no se pueden aprender si no estás, eso que estás comentando es imposible sacarnos del 4x4, es imposible sacarnos de la hipoteca, de mantener nuestro empleo, de mi hijo estudiando, de mi hijo que no consigue lo que quiere, de los problemas con mi mujer, de los problemas con mis compañeros del trabajo, o sea hay algo que nos desubica tanto que nos hace pensar en lo otro. Y creo que evolutivamente la enfermedad a veces es la única forma de salir a esa “cara B” de la vida.
Hay un estudio super curioso, creo que era australiano, en el que los investigadores le preguntaban a gente muy joven, que no pasaban de los treinta y tantos y que tenían un pronóstico de vida muy corto ¿no?, qué era lo que les pesaba en ese momento, y es curioso la conclusión a la que llegan esos investigadores, porque la mayor parte de esa gente a la que entrevistaron llegaron a la conclusión de que lo que pesa es, haber vivido como otros esperaban de mi, y no como yo quería. Eso aplicado a todo, al trabajo, a la familia, a las relaciones de pareja, a cómo has gastado el tiempo y en qué lo has gastado, haber vivido como otros esperaban de mi, y no como yo sentía que debía hacerlo.
Ese giro de la cabeza, esa desprogramación, ese desaprender de nuestro querido Luis, eso sólo se consigue a veces, a veces, hay gente que llega a esa conciencia, a esa iluminación, a esa luz, por propio trabajo personal, pero en el común de los mortales, yo creo que cuando la enfermedad nos toca, nos aboca a eso o a la desesperación más terrible.
Entonces es una dualidad, aquí ya no hay 20 puertas abiertas, hay 2, una que te lleva a la desesperación y otra que te lleva a replantearte el valor de tu vida, lo que has hecho con ella y cómo quieres seguir viviendo a pesar de que te toque vivir poco y yo me gusta plantearme todas estas cosas desde el punto de vista de evolución, yo creo que la única vocación que hay en el universo es evolucionar, desde las estrellas hasta los seres más insignificantes como nosotros. Y cuando intento buscar un sentido profundo de, por qué un ser humano que es relativamente feliz, llega un momento en su vida en que empieza a encontrar cierta paz en alguna cosa, por qué en ese momento este ser humano, de un día para otro, pierde todos los proyectos, todas las ilusiones de futuro, porque ya no le queda tiempo, la única respuesta a la que he llegado en estos 30 años, es que es la única forma de darle la vuelta a esa programación que tenemos en la cabeza, que no se corresponde con las aspiraciones y la intuición del ser humano a nivel de su alma, a nivel de su corazón y la enfermedad creo que es lo único potente que no sólo al paciente, sino también a todos los que le rodean les hace pensar aunque sea por un segundo si tu vida la estás gastando como quieres o como debes.
Yo no sé si he respondido un poquito a tu pregunta, pero creo que el único sentido que tiene la enfermedad es precisamente, ser capaces al menos durante momentos concretos en los que todos los seres humanos no tenemos más cojones que plantearnos eso, el decir, esto es lo único que me ha quitado de mi 4x4, de mi hipoteca, de tantas preocupaciones banales y me lleva realmente a encontrar el sentido de mi vida y además eso releyendo tu propia historia, y siendo capaces de extraer no sólo los lugares y las decisiones que te han hecho sentirte perdido o vacío, sino también con cosas que has hecho bien, y que les dan un sentido profundo a tu existencia.
JOSÉ:
Por otro lado podríamos pensar: Qué pena que esperemos a esos momentos de enfermedad para descubrir esas realidades… Por eso creo que cuando tú cantas o cuando escribes tus textos intentas transmitir esa importancia de saborear los momentos y vivir las cosas que importan de verdad sin esperar que una enfermedad nos trastoque y nos ponga la vida del revés para darnos cuenta. Por eso como hablamos de esa velocidad y superficialidad con la que a veces vivimos, ¿Tú sientes, entre comillas, de algún modo que tienes como la misión de que la gente viva esa realidad de otra manera y sienta la vida de otra manera? La vida es un regalo y puedes pensar: ¿Pero no se dan cuenta?, o algo asi, no sé…
PEDRO:
Es curioso la gente vuelve de su lugar de trabajo cansada. Y yo vuelvo de mi lugar de trabajo vitalizado, o sea, yo creo que si yo me dedicara a otra cosa llegaría a mi casa con ganas de acostarme y sin embargo cuando vuelvo lo único que me planteo gracias a mis pacientes, gracias a las situaciones que viven es como puedo estar más presente con mi hijo, con mi mujer, con mis amigos, en lo que me gusta hacer, pero esto no es una cuestión de mérito personal…
JOSÉ:
No, escucha Pedro, ni siquiera es una cuestión comparativa, es decir: “como estoy viendo cosas tan feas llego a casa con ganas de vivir otras o de cambiar el chip y el ánimo” No, creo que es algo más profundo, de tomar conciencia. Me gustaría que lo explicaras para que la gente lo entienda en ese sentido.
PEDRO:
Es darte cuenta y ser tan consciente de la fragilidad del ser humano, de lo que decíamos al principio, esa fragilidad del ser humano tan abismal, a veces ¿no?, tan profunda, tan a veces destructiva de lo que nos ha sostenido a lo largo de toda la vida, te hace ser consciente del valor de tu tiempo, pero no del valor de tu tiempo en plan etéreo, no, no…de esta tarde, de este medio día, de este rato que estamos teniendo tú y yo, no como algo abstracto, para el que le dicen tienes un cáncer de páncreas con metástasis hasta el corvejón, lo abstracto se vuelve concreto y no tener tiempo para seguir abrazando a sus hijos, a sus amigos, a su mujer, no terminar el libro que empezó, no haber hecho el viaje que quería, ya no es una opción, pero como algo concreto no como algo abstracto que vive aquí, sino algo concreto que te habita en tu corazón. Ese es el regalo que yo siento en mi trabajo, o sea yo me despisto como todo el mundo, pero raro es el día que no tengo como una colleja así, de una situación en la que acompaño a alguien al final de su vida y que te hace volver a despertar a esa necesidad de llenar de verdad tu tiempo con lo que verdaderamente te llena
JOSÉ:
Pues aprovechando eso que dices y por ir finiquitando… Cuéntame, porque sabes que me gusta mucho la canción y la voy a poner: “Espacio contigo”. Explícanos que significa ese “Espacio contigo”, no como canción sino justo por lo que estamos hablando, esa realidad vital. Que cuando estamos junto a alguien estamos de verdad: mirando, abrazando, cercano o simplemente en una conversación con alguien , estemos totalmente y del todo con esa persona.
PEDRO:
Mira José, hace muchos años una siquiatra amiga mía que ya falleció, y con la que he compartido mucho trabajo en Centro América y en cooperación, me dijo: “Pedro, la clave de la sanación parte de un hecho, y es que cuando estés delante de una persona, esa persona sienta que no hay nada más importante en el universo, en ese momento para ti que ella. En el momento que alguien se acerca al dolor del otro, a la fragilidad del otro, es mágico lo que ocurre cuando tú intentas transmitirle a esa persona que en ese momento no hay nada más importante en el mundo para ti, que ella. Y “Espacio contigo”, nace de una noche de guardia en la que un paciente que yo llevaba hacía bastante tiempo, un chico muy joven, con cáncer de páncreas, me pidió que lo sedara porque ya no podía más. Uno de los criterios de sedación es la angustia vital, no sólo el dolor y el ahogo, sino también la angustia vital. Era tal el sufrimiento que estaba en aquel momento Javier sintiendo, que en la mitad de la noche y sabiendo que yo estaba de guardia, me llamo y me dice: “Pedro, no puedo más” y cuando alguien te dice algo así, te da tiempo a despedirte, a que sus seres queridos se despidan, a que el deje dicho lo que le gustaría decir a su mujer, a sus hijos. Los tengo aquí ahora mismo… y recuerdo que esa noche, cuando iba a empezar la sedación, Javier y yo nos abrazamos y me dijo algo que de alguna forma, a mí me hizo dar también otra vuelta de tuerca en la que siento que es mi misión vital, y es que una persona de no llegaba ni a 40 años, te diga: “qué suerte he tenido de poder morirme contigo”. Cuando alguien te dice algo así uno es consciente de 2 cosas; la 1ª es que el ser humano es inabarcable y un médico no puede abarcar al ser humano, y la 2ª es que, algo así sólo se concibe o solo se consigue cuando quienes acompañamos nos sentimos en medio de algo más grande que nosotros. La canción “Espacio contigo” lo que intenta reflejar es que es tan sagrado el momento en el que se comparte algo así con alguien que, a mí no me cabe otra explicación que es que los seres humanos podemos ser mediadores de algo más grande que nosotros a la hora de acompañar, que algo más grande que nosotros quiere hacerse presente a través de nosotros para esa persona porque quiere estar ahí. A mí me vale la palabra Dios, perfectamente. No es una canción de autocomplacencia, es una canción de saberte en algunos momentos de tu vida transmisor o canal para algo mayor que tú, que se quiere hacer presente en esta fragilidad y en ese dolor.
JOSÉ: Y luego en la 2ª parte de la canción que a mi particularmente me hace mucho como ponerme en tu piel, del médico que sale de una guardia en la que ha vivido algo tan fuerte y se mirar delante del espejo, se echa el agua en la cara y de algún modo lo ve todo de otro modo. Dispuesto a saborear la vida y todos sus momentos con plena intensidad… al menos así la imagino yo.
PEDRO:
Esa 2ª parte empieza con “agua que se seca entre mis manos”, siempre hablamos que el agua se escapa de las manos, pues no, no tiene por qué, si te paras a sellar bien los dedos, el agua no tiene por qué escaparse de tus manos y yo creo que eso ocurre en la vida cuando uno se atreve a ser, aquello para lo que se siente hecho, y ese momento del espejo, de ir a lavarme y quedarme mirando el agua entre las manos y decir, no tiene por qué caerse el tiempo, no tengo por qué sentir que mi vida desaparece entre mis dedos, cuando soy aquello a lo que me siento llamado a ser, el agua se seca en las manos, no se cae. Y es el tomar conciencia de que al menos por esa noche, al menos por ese momento, merece la pena estar vivo y merece la pena ser fiel a aquello para lo que te sientes llamado a ser, ese es el sentido de toda esa 2ª parte de la canción, es como una acción de gracias para decir: “Es que no cambiaría este momento por nada del mundo, es el sentirte ocupando tu lugar”.
OS RECOMIENDO ESCUCHAR LA VERSIÓN EN AUDIO (BREVE) DE LA ENTREVISTA DENTRO DE “DAZIBAO, MURAL REBELDE” EN IVOOX O SPOTIFY Y DE ESE MODO ESCUCHAR ESE MARAVILLOSO TEMA DE PEDRO “ESPACIO CONTIGO” SOBRE EL QUE GIRA EL FINAL DE LA ENTREVISTA.